He viajado al futuro al año 3407 y mi mayor sorpresa ha sido que no he podido encontrar lejía. Nada. Ni un maldito litro de lejía. Parece ser que se pusieron de moda en el año 2479 (a mediados de Julio o así) y ya no fabricaron más. Mi intención era volver y decirle a mis padres,: "Papá, mamá, os he comprado este litro de lejía del año 3407. Espero que os guste", pero ha sido imposible. Al final he terminado comprándoles una camiseta de "Alguien que me quiere mucho me trajo esta camiseta del futuro".
Los bosques que han ardido en estos últimos veranos ya se han recuperado. Todos esas hectáreas ya se vuelven a ver verde. Excepto 6 de ellas que han dejado para construir un chalet a un guardabosques primo de un alcalde. En Siria hay paz. Los niños juegan y sonríen. Como se ven de vez en cuando en la tele, pero sin que haya posibilidad de que les pueda explotar alguno de los edificios que tiene alrededor. Casi todos ya van con zapatos por la calle. Los ayuntamientos ya funcionan sin usar papeles. Todo está digitalizado pero es todavía un poco descontrol porque terminaron el proceso de adaptación a las nuevas tecnologías hace 2 años y todavía no han vuelto todos de desayunar. Ya queda poco.
A los zumos de naranja ya no se les van las vitaminas rápido. Los fabrican con XW-349C, un componente químico que hace que las vitaminas se queden asustadas dentro del vaso y que no quieran salir de ahí. Podrían aguantar hasta 6 días. Más no porque luego huele a agua estancada y es un poco desagradable. Europa se ha separado y el euro ya no vale nada. Tras varios cambios de monedas y sus correspondientes redondeos, se ha vuelto a la peseta y ahora todo es un disparate. Doscientas mil pesetas me ha costado un café esta mañana con una tostada de Bimbo. No quiero ni imaginar lo que costará una casa.
Los chimpancés ya han conseguido hablar. Mantienen conversaciones medio coherentes y tras 498.332 elecciones han conseguido formar gobierno en España.